Extraños

Ha pasado mucho desde la última vez que hablamos, de verdad te extraño.

Sé que eres una persona que está muy ocupada, pero siento también que has olvidado todo de acerca de mi.

A veces quisiera iniciar una conversación contigo, decirte, «Hola, como estas?» «Qué has hecho?» «Qué tal la vida?»… pero quizás no estés tan ocupada, quizás solo no quieres hablarme más.

Así que creo que voy a esperar, y estar al pendiente, solo en caso de que tú quieras eso, volver a hablarme, esperare.  Si es que así lo quieres, y si es eso, no lo dudes, aquí estaré, para hablarte de nuevo.

No dices más

Estoy juntando todas las cosas que tengo y debo de decirte ¿Qué ya te las he dicho antes ? No importa, estas vez serán todas, todas juntas y todas desde el corazón, ya lo sabes. no me digas que soy diferente, siempre he hecho esto, pero ahora es diferente , estas tan cerca , tengo que agradecer por eso.

No sé si este bien decirte todo lo que voy a decirte, solo espero que lo sepas valorar, es toda la verdad:

– Te quiero por la noche, por el día

– Al dormir me voy pensando en ti, al despertar regreso pensando en ti

– Cuando tú no estás siento que el mundo se detiene, cuando estas presente mi mundo no deja de girar.

– Tu sonrisa es el sol que ilumina mis días, tus ojos son la luna que acompaña mis noches.

– Te quiero igual que la primera vez que te vi. Te necesito igual que la primera vez que te deje ir.

Pero dime algo por favor. por favor no calles , dime lo que sea, háblame, solo eso, háblame. Déjame saber que aún existes, no me vuelvas a abandonar. Te quiero a mi lado hoy y por siempre, pero dime algo, en verdad dime algo, lo que sientas, lo que necesites, solo háblame, por favor.

Te puedo esperar el tiempo que sea , de aquí al mañana, de aquí a un futuro ya pasado, de aquí hasta que se derrita todo el mar, dime esas palabras , solo esas dos palabras, yo te espero, pero por favor dime algo. solo tú puedes ayudarme, pero no dices más.

La que me gusta

Y como no me iba a gustar si era la más linda del lugar.
Ahorraré los detalles de la fiesta, que a decir verdad, fue una fiesta increíble, supongo que así son las bodas de increíbles, supongo que al fin les tomo sabor, pues ya saben, estoy entrando en edad de casarme, o más bien dicho, donde debería de casarme, pero también me conocen bien para saber que nunca hare ese ritual, bueno me desvío, esa es otra historia.
Ahorrando el inicio y tres cuartos de la fiesta, llegamos a este punto. Todos bailan y festejan, no crean que no baile, de hecho baile, o intente hacerlo, como nunca en la vida. Pero me canse rápido y una mirada fugaz a la mesa donde estaba nuestro grupo de amigos me hizo ver y sentir que debía dejar de bailar e ir hasta allá, pues ahí estaba ella, era mi oportunidad. Sola y sin compañía. Había esperado esto desde que ella llego y había esperado tres cuartos de fiesta para poder acercarme. Era obvio que no iba a dejar pasar este momento, ya no más, era mi momento.
Me arme de valor y prepare las frases de la vida, esas frases que me ayudan a ligar siempre. Esperen, no, nunca han funcionando antes. Desechadas entonces . Bueno tendré que improvisar. Ahora bien, la improvisación nunca ha sido mi fuerte, soy más bien de esa clase de personas tímidas que esperan el momento para integrarse, y que si nunca llega, no dicen ni una sola palabra en toda la noche. Pero hoy lo tengo que hacer, y lo tengo que hacer porque ahí esta ella.
Y es que es tan linda, ya he dicho esto muchas veces en el pasado, y sin temor a equivocarme, ella es la misma linda de todas las lindas que he conocido. Ella. Ella. Es cierto, no se su nombre. Apunta: “Tengo que preguntar cómo se llama”. Apunta también y que no se pase: “No debo preguntar su edad”. Listo creo que eso sirve para romper el hielo. Respira hondo, cuenta, 1, 2, 3… ahí voy…
Hola yo me llamo Jorge, compartimos mesa, gracioso no, comensales desconocidos y estando a dos lugares uno del otro, curioso verdad. Has escuchado del teorema de Josefo. Bueno, olvídalo. Pues te vi desde mi lugar, a dos lugares del tuyo jaja, y me pareciste super linda. Me gusta tu cabello, me gusta el negro color que tiene. Te queda bien. Me gusta tus ojos, creo que son color miel no?. Bueno es que es de noche y no distingo bien. A sí, tenemos un amigo en común, algo nuevo gracioso a la lista de cosas curiosas entre tu y yo verdad. Y este, pues eres interesante, me pareces interesante. Yo tengo 24, no hace mucho los cumplí. Soy tauro, aunque no creo mucho en los signos ¿tu sí? Me gustan tus labios, quiero besarlos. Me gusta tu vestido, creo que combina con tu cabello, por lo negro ya sabes. Creo que podemos tener mucho en común. He revisado tu facebook, no mucho, pero no tan poquito, me he dado cuenta de tus likes, no te apures, no soy un acosador ni nada por el estilo. Creo te va a gustar la música que me gusta ¿Te gusta Best Coast? Bueno, el espacio es corto, quisiera saber cómo te llamas. Yo me llamo Jorge. Espero que puedas leer esta servilleta.

Noche de Marzo

                Al maestro:

         Fue un día muy distinto al anterior sabe?, y es que justo ese día la había visto pero no quiso el destino que lo compartiéramos, quiso entonces el destino que fuera hasta la noche siguiente, una fría noche de domingo y en marzo. Como siempre lo he hecho seguí sus consejos “al pie de la letra” y me atreví a invitarla, recordando como no hay que forzar al destino y así lo hice.

                La invite a salir y ella acepto. Pase por ella y como me dijo una vez, le lleve una flor, no sabía si le gustaría o no, pero por su expresión supe que le había fascinado. Y era distinto, primero por el frío ( ¿ le conté de los raros cambios que han pasado en el clima? , desastrosos), luego porque parecía que todo mundo había escogido esa noche para salir a pasear: niños pequeños jugando, unos jóvenes que platicaban de su día, señoras que venían de la iglesia, señores que venían del trabajo, en fin, parecía día de fiesta.

                Íbamos ella y yo platicando y discutiendo cuál sería la mejor forma de pasar esa noche, yo iba muy emocionado, un tanto nervioso, desde la última vez que le conté no había salido con ella, y aunque ya teníamos confianza, siempre esta esa parte de emoción que nunca se quita, recordando sus palabras: “es lo que le da sabor a la vida”.

                Seguí con sus consejos, y le invite un helado, nos sentamos en la centro mismo de la plaza, ahí cerca del kiosko, donde otras tantas veces habíamos platicado, el aroma a domingo era inmejorable, toda la gente ahí reunida parecía disfrutarlo y así era, aunque hacía frio no era impedimento para pasar un buen rato.

                La plática iba y venía con los temas más variados, desde el último libro que leímos  ( porque ella es una gran lectora hasta hicimos una competencia para ver quien lee más libros al año, puedo creerlo? ) hasta los nuevos discos de vinilo y cual artista escuchar, desde política hasta nuestros grandes y heroicos antepasados, es lo que me gusta de ella, y como le dije una vez, me gusta por eso, porque puedo hablar y hablar con ella de todo, y ella me entiende, sabe de lo que le digo, a ella no le parezco “raro”,  a ella le gusta mi forma de ser, y es lo mágico del asunto, encontrar a alguien así como ella, y un pueblo como este, hace más mágico todo.

                Pero el frio seguía y seguía, entonces ella me dijo:

-Que frio hace verdad?

– Sí mucho – recordé cómo comportarme y lo que me dijo que hiciera en esos momentos  y me quite mi chaqueta  y la abrigue- Así estarás mejor – le dije y solté una sonrisa, ella hizo lo mismo.

– Gracias – contesto ruborizada y con una ternura que hiso que me sintiera muy apreciado

                Seguimos platicando y cuando me di cuenta ya eran las 11 de la noche, y a esa hora la plaza empezó a quedar vacía, que mejor momento pensé. Para este momento nuestra platica era más íntima, hablando de sentimientos, debo de confesarle Maestro que sí el frio me pegaba más lo hacía las cosas que le decía, ya sabe que me pongo nervioso en esos momentos, por eso temblaba al hablarle, ella lo noto.

                -¿Por qué tiemblas? ¡No me digas que estas nervioso!

                – Es el frio, soy muy sensible a este clima – mentí un poco- pero sabes?, es mi clima favorito, lo prefiero al calor infernal.

                – Yo también prefiero este clima

                Y fue ahí donde me arme de valor, y le tome de las manos.

                – Sabes?, Me gustas mucho, tus ojos, tu mechón de color azul, tus manos, y más importante aún, me gusta como piensas, me gusta platicar contigo, me gusta como hablamos por horas, me gusta que te  gusten cosas que a mí me gustan, en definitiva me gustas tú.

                – Tu también me gustas, y es por eso mismo, nunca me había pasado con nadie, me gusta cómo eres, como me tratas, la forma en que hablas, como nos entendemos, como podemos pasar de hablar de un tema a otro, como no hay silencios, me gusta tú.

                Perfecto, todo era perfecto y se ponía mejor maestro; me acerque a ella y le di un beso, un bonito beso, uno largo, uno que nos unió, sus labios, sus ojos cerrados, su mano tomando mi mando, sus mechón de color azul tocando mi rostro, todo era perfecto maestro todo, desearía que hubiera estado ahí para verlo.

                Mire mi reloj y ya eran casi las 12 de la noche, y vivíamos lejos de ahí,  decidimos irnos, no sin antes darnos un largo abrazo, quitándonos el poco frio que nos quedaba, nos dimos otro beso pero ahora uno corto a modo de despedida, la tome de la mano y partimos a nuestras casa, lo mejor es que somos vecinos y así la podía seguir viendo.

                Llegamos a su casa, que está pasando la mía y ahí frente a la puerta nos dimos otro beso, solo que ahora fue un poco más triste porque no la iba  a ver hasta dentro de una semana, y que semana  tan larga se me haría….

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                Así paso maestro, fue la primera vez que salí con ella,  y claro no sería la última, pero aquí solo le cuento de esa vez porque la primera vez siempre es la más mágica y esta vez no fue la excepción, ojala siguiera usted conmigo y me siguiera dando consejos ideas, pero su vida se ha consumido y no queda más que recordarlo mediante estas cartas que espero que donde este las lea, y claro que esto paso y claro que es verdad y quedan estas letras de testigo de lo que una noche fría de domingo de un 17  marzo de 1985 ocurrió.