La muchacha de las tierras lejanas

– Tú eres un 6. Está bien, seré benevolente, eres un 6.5 tirándole a 7. Bueno, dejémoslo en que eres un 7 ¿Ya?
– Me parece bien, hora de comenzar. Y ya sé con quién.
– ¿Ella? ¿Es neta?
– ¿Y por qué no?
– Ella es mínimo un 8.5, hasta un 9 me atrevo a decir.
– No importa si es una diosa, yo le hablaré
– Pues te estás arriesgando a un buen y divertido “NO”
– ¿Y qué? He estado peor, recuerda, recuerda, ahora tengo algo que me hacía falta hace tiempo.
– ¿Seguridad?
– Es correcto.
– Bah, te diré, si sigues con eso, seguridad es lo menos que tienes Jorgito.
– Bueno bueno, pero puedo llegarle ¿no?
– Pues intenta. Advertido estas.
– Y a todo esto ¿Le conoces? ¿Le conoces a esa diosa sempiterna cuyo rostro brilla más que esta misma luna gigante de septiembre?
– ¿Ya vas a empezar? Pues la verdad es que no, no es de por acá.
– Ah, ya veo, una muchacha de tierras lejanas, con razón es tan bella: ¡Mirad esos ojos! ¡Mirad esos labios! ¿Es qué soy tan afortunado oh hermosa diosa de verte aquí, en estas tierras tan lejanas de tu reino, solo, y solo para admirarte? ¡Oh diosa mía no me niegues ni un minuto más de tus palabras! Quiero escucharte, quiero leerte, quiero besarte, quiero quererte ¡Oh diosa mía!
– Si, si, si guarda todo eso Romeo que está demasiado acompañada para que puedas siquiera acercarte un metro a ella.
– Y como no iba a estar acompañada, mira esos ojos color miel, mira a todas esas abejas atraídas por ese néctar, mira ese dorado cabello, era obvio que iba a estar acompañada.
– Tranquilo ya, concéntrate, canaliza ese enamoramiento y esperemos un poco a que este sola.
– …
– …
– …
– ¿Y?
– Nada.
– ¿Otra vez?
– Bueno, algo, le di un poema que me acabo de inventar.
– ¿Tienes su número? ¿Su nombre? ¿Al menos tienes su face? ¿Al menos le dijiste como te llamabas?
– No, fue imposible, en verdad era de tierras lejanas, no supe que decirle solo le dije: “Eres muy linda, toma este poema” Y me fui. Nunca nos entenderíamos.
– Es que eres un tonto, bueno, por las dudas busquemos un 4 ¿vale?
– Vale