– Esta vez sí que la hiciste en grande mi buen.
– Espere maestro, voy despertando, déjeme al menos abrir bien los ojos, por cierto ¿qué hora es?
– Te ves fatal, y son las 11 de la mañana.
– ¡Puta! No fui de nuevo al trabajo. Esta vez sí que me corren.
– No, no te preocupes, ya he llamado, he dicho que estabas enfermo, me hice pasar por tu papá, está arreglado ese asunto. Tú por otro lado, arréglate, cámbiate, quítate esa ropa que huele a no sé qué tanto, te llevaré a desayunar.
– Entonces ¿paso de nuevo?
– De nuevo, te lo advertí ¿Sabes su nombre al menos?
– Sabía que no debía de tomar, lo sabía, pero míreme, soy tan débil de voluntad, no me merezco más que esto.
– ¿Sabes dónde vive?
– Sucio, sin dinero, sin ganas, sin fuerzas, al menos tengo el trabajo, que si no…
– ¿Sabes cuántos años tiene?
– Fue un erro haber ido con ellos, ellos tienen la culpa, ellos…
– ¿Sabes lo que hiciste anoche?
– Pero no vuelvo a caer, se lo juro maestro, no más…
– ¿Sabes algo de su vida?
– ¡Carajo! No me haga tantas preguntas, vengo despertando, escúcheme de una vez
– Y tú ¿te escuchas a ti mismo? Mírate, solo mírate, allá en ese espejo ¿te reconoces? ¿En esto te querías convertir? ¿Así piensas vivir? ¿Quieres seguir siendo un despojo?
– Karla, se llama Karla, lo recuerdo bien.
– Correcto, ese era su nombre.
– Y lo hice, lo hice con ella.
– ¿Qué hiciste?
– Todo, y nada.
– ¿Lo hiciste por todo el alcohol que tomaste?
– No, lo hice porque quise, porque le quiero, por amor.
– ¿De nuevo?
– De nuevo. Tiene 21, se llama Karla, creo que va a la universidad. Creo que es muy fiestera. Creo que tiene muchas amigas. Creo que es la más linda de todas. Creo que es para mí. Creo que es lo que estoy buscando. Creo que es especial. Creo que es eterna. Creo que es inmortal. Creo que es una diosa. Creo que es todo lo que soñé. Creo que fue feliz a mi lado. Creo que será feliz a mi lado. Creo que como ella nunca va a existir otra igual. Creo que es para siempre. Creo todo de ella.
– Un día ayer no es igual ¿La besaste?
– La besé. Fuimos uno solo. Sé que no debí hacerlo, pero lo hice, la besé, y la besé con todas mis ganas, con todo mí ser. Porque simplemente le quiero.
– ¿Le quieres?
– Le quiero.
– Estás enamorado de ella, ese es el problema.
– Lo sé.
– Y ella no está enamorada de ti, eso es lo peor.
– Eso también lo sé …