– Pero es que nunca has hecho nada para que dejemos de ser solo “amigos-virtuales” .
(¿Qué nunca he hecho nada? ¿Segura? ¡Pero si ya antes éramos amigos de verdad! Recuerda todas las veces que te invite a salir y tú con una excusa decías que no podías, y cuando salíamos decías que tenías que estudiar, o cuando te empiezo a decir lo que siento por ti cambias de tema ¿Segura que no lo he intentado? ¿Tan segura estas?)
– De eso no estés tan segura que ahora mismo lo soluciono.
– 😛 Ah ¿sí? Y ¿Cómo le harás?
(Te voy a volver a invitar a salir, no, mejor aún, te diré de una buena vez que aún te quiero, que a pesar de todo el tiempo, a pesar de la distancia, a pesar de todo, de ti y de mí, aun te quiero, que tengo fresco el recuerdo, el recuerdo de tus besos, que sigo viendo tus ojos miel al mirar a las estrellas, que tus pecas me parecen lo más lindo del mundo, que tengo grabado tu nombre, Julia en todo mi corazón, pues solo es tuyo y de nadie más.)
– ¿Qué te parece si te invito a salir? Solos, tu y yo. A un lugar que conozco, está cerca de donde vives, así que no te quedará lejos. Podemos ir temprano, así que si tienes que irte pronto porque tienes que estudiar, lo vas a poder hacer. ¿Sale?
– Mmm, déjame pensar, yo te aviso, ¿va?
(Pero ¿Qué tienes que pensar? Si no es tan difícil, es un sí o un no. Si es un sí, es fácil pues me harás muy feliz y créeme que yo te haré feliz a ti, y mucho. Si es un no, igual es fácil, pues aceptaré y de nueva cuenta me resignaré, pero te pierdes de volverme a conocer y ver que soy una persona distinta, mucho mejor que la conocías. Pero por favor no me digas que lo vas a pensar, por favor no me des falsas ilusiones, falsas esperanzas, no me dejes en la nada.)
– Está bien, tomate tu tiempo. Igual estaría bien este jueves, ya ves que las clases se suspenden así podemos ir más temprano, o mejor el miércoles para aprovechar que al día siguiente no habrá clases.
– Claro, me parece bien, pero te digo, solo arreglo unos asuntos y veo si me queda un espacio, pero yo te aviso.
(Y para que ese día, el miércoles a las ocho de la noche me digas que no podrás, que tienes que estudiar, que te salió algo, que tus amigos llegaron de improviso, o peor aún, que tu novio llego de visita. A quien engaño. Tú ya no eres mía, nunca lo fuiste, no sé porque sigo buscándote ¿Por qué añoro tus besos, si solo fue uno? ¿Por qué no puedo olvidar tus ojos, si siempre están mirando para otro lado? ¿Por qué no puedo desprenderme de tus caricias, si estas no tenían sentimientos? ¿Por qué me hace falta escuchar tu voz, si ya no recuerdo a qué sonaba? ¿Por qué te extraño tanto, si el mismo día que empezó esto, ese mismo día, se terminó? )
– Pues ya quedamos. Ya no seremos más amigos virtuales, verás. Jajaja.
– Jajaja. Lo sé. Cuídate mucho. Nos vemos J .
(No te vayas. No me dejes así. Dame una respuesta. Si tú te vas, si tú me dejas de hablar, si me dejas aquí, esto no tiene más sentido. ¿A quién le dedicaré frases? ¿A quién le escribiré poemas? ¿A quién le dedicaré mi libro? ¿Para quién irán mis estados de amor, de melancolía, de ardido, de infeliz, de celoso, de desprecio? ¿Quién será ahora el destinatario de todo el amor que tengo para dar y que por celoso solo puede ser entregado a ti y solo a ti? De verdad, no te vayas, quédate un poco. Déjame conquistarte como antes, a mi modo. Déjame ser el dueño de tus miradas, el dueño de tus risas, el dueño de tu cariño, el dueño de tu corazón, el dueño de tu amor. Por favor, no te vayas.)
– Sale. Nos vemos.
Julia ahora esta offline.