Me acordé

Escuchando «Ultimo Tema» de Enjambre me puse a pensar todas esas veces, que, de alguna u otra manera, directa e indirectamente me dijiste que no, cuando yo te decía que te quería.

Me acordé de cuando recostados en la cama, me dijiste que sí, que algo pasaría, que esperara, solo espera, me dijiste, solo dame tiempo, me dijiste, solo quiéreme me dijiste, y entonces me besaste, y entonces yo te quise, y entonces me acordé, me acordé de como a la mañana siguiente dijiste que me fuera rápido, que yo saliera antes, no fuera a ser que me vieran ahí contigo, que no hablará con nadie de esto, que no dijera donde pase la noche, que no nos viéramos en la escuela, que no fuéramos juntos a la escuela, que mejor no fuera por ese día, que lo olvidará, pues tu no eras así… y entonces ya no te quise.

Me acordé de cuando juntos visitamos ciudades, recorrimos callejones, anduvimos por parque, disfrutamos de lagos y de ríos. De cómo el viento desarreglaba tu cabello, ese que me encanta, ese que me ilumina. De cómo nos besamos al atardecer, en un lugar apartado, de cómo caminamos de la mano por la plaza, de cómo fuimos al teatro de como dijiste que era tu novia, aunque no lo fuéramos; me acordé de cómo me enseñaste lugares, y entonces yo te quise, y te idolatré, y luego me acordé:  de que en la noche dijiste que me regresara a mi ciudad, de que me dijiste que era la última vez que te iba a ver,  me dijiste que te olvidará que lo nuestro no podría ser, de que querías más a tu novio, de que yo estaría siempre en tu corazón, de que te prometiera que jamás te olvidaría… y entonces ya no te quise.

Me acordé de aquella fiesta, de aquel lugar, donde te besé, donde te abracé, donde te dije que eras la mejor, donde te dije que te quería, donde te dije que eras especial, donde te dije que ya nunca me separaría de, de que tú me dijiste que nunca te separarías de mi. De cómo fuimos un solo y eterno ser, y entonces yo te quise y te idolatré, y luego me acordé: de que habías tomado de más, de que tus amigos no me conocían, de que nunca dijiste que me conocías, de que querías que te ayudara con tu proyecto, de que querías pasar la materia, de que nunca salías conmigo, de que ya nunca jamás me besaste… y entonces ya no te quise.

Me acordé cuando fuiste a mi casa, cuando pasamos toda la tarde juntos, cuando te prepare una comida, de cuando pase a por ti  y te lleve una flor, de cuando era todo perfecto, de cuando bailamos esa nuestra canción sin que nadie nos viera, de cuando conversamos de todo y de nada, de cuando vimos esa película, de  cuando te quedaste a dormir, de cuando paso de todo y no paso nada, de cuando me dijiste que había sido un día perfecto y entonces te quise y te idolatre, y entonces me acordé: de como  negaste que me habías visto, de cómo me dijiste que durmiera en el sillón, de cómo me dijiste que era uno de tus mejores amigos, de cómo me dijiste que te estaba presionando, de cómo me dijiste que otra vez no estabas segura, de cómo me volviste a pedir tiempo, de cómo me dijiste que me querías, pero solo como amigos… y ya no te quise.

Y entonces me acordé, y dije no más.

Tres tiempos (I)

Con Mariana

Los tiempos con Mariana ya son del pasado. Son tan lejanos que casi no los recuerdo. Pero pasaron, porque ella fue real, así lo sentí, así me sintió ella. Son tan lejanos que ella ya no los recuerda, de eso estoy seguro. Pero no importa que no  los recuerde porque mientras uno de los dos lo haga, esos tiempos tendrán vida, porque forman parte de mí, de ella, porque forman parte de nuestra historia.

A veces los recuerdo y me parecen como un recuerdo de la infancia. Como un recuerdo que no sabes si paso o es tu mente la que crea ese momento, la que decide como quiere que lo veas. Por eso me confundo, porque siento que fue un tiempo increíble, mágico, pero un tiempo oscuro que ya no logro recordar.

Fue un tiempo a la deriva que ya no estoy bien seguro de que haya sido verdad, ya no estoy seguro que haya sido real, pues el amor que ella me tenía ya no lo he podido encontrar. Y es que ella era perfecta, linda, increíble… (vuelvo a desvariar) No, ella era… ella mágica, divertida… no… ella era mala, arrogante, orgullosa, se llevó mi inocencia, mi primer beso, mis caricias, mis abrazos, se llevó mi amor. ¿Y si no paso? ¿Y si los tiempos con Mariana nunca pasaron? ¿Y si Mariana representa mi ilusión del primer amor? Aquello              que no se logró consumar por ser de un tiempo lejano, por pertenecer a la inocencia. No. Así no fue. Sí paso. Pues el recuerdo sigue presente. Aún lo siento, aún la siento, aún me duele, aún le quiero.

Los tengo muy presentes por la forma que eran,  porque entre una y otra visita pasaban semanas, cinco meses, toda una vida. Y tenían que ser así, pues su novio no le permitía más. Quizás no eran de la inocencia. Quizás son de un tiempo más cercano a mi presente. O quizás sea la combinación de todas las otras Marianas que hubo en mi vida hasta el momento que la conocí a ella. A Mariana Díaz.

Ya lo recuerdo, y es la parte que no me gusta recordar, tenía novio, y uno muy malo por cierto, ¿Qué por qué sé que era malo? Fácil, ella no quería estar con él, ella quería estar conmigo, entonces, ¿por qué nunca le dejo? ¿Por qué sigue con él? Eso nunca lo supe, nunca lo descifré, nunca la entendí bien. Y quien quiere entender cuando te decían que eres la otra mitad de su corazón, quien era yo para reclamarle todo lo que sentía por mí, quien era yo para  decirle que me dejara de querer, si yo ya la amaba a ella. Esa es la parte que no me gusta recordar, no me gusta recordar que tenía su corazón dividido, no me gusta recordar los besos, caricias, las palabras compartidas, no me gusta recordar quien fue el que perdió la batalla por su amor. Basta decir que ahora ella está casada.

Porque así fueron (¿reales?) los tiempos con Mariana lejanos, pasados, increíbles, llenos de inocencia, del primer amor, de amor de verano, de amor de escuela, amor de secundaria, amor de prepa, todos los posibles amores. Por eso los recuerdo, por eso los tengo grabados en mi mente, por eso aunque pasen y pasen los años, aunque personas vengan y vayan sigo manteniendo los tiempos que pase con Mariana Díaz porque ya pasaron porque ella representa al amor del pasado al amor que has superado, al amor que ya has dejado, los tiempos con ella son tan lejanos y siguen siendo los mejores de mi vida.