Han pasado 4 meses ya desde el día que la viste por primera vez, aún no sabes sus apellidos, aún no sabes que y que le gusta más, pero es tu crush. Así deben de ser esos “amores”, es la evolución de los llamados “platónicos”. Son amores llenos de misterios.
Esta es la semana que lo decides. Subes al laboratorio y desde la ventana la vuelves a ver, ahí esta como las ultimas veces, siempre después de las 11 am, lo sabes bien porque fue ahí donde la viste, desde esa posición privilegiada la ves, pero ella a ti no, eso te gusta, eso le da el misterio que esta “relación”( sí así puede llamarse le, ella no sabe que existes) requiere. Esta semana será diferente, le quieres hablar en persona, romper ventanas y hacerlo.
LUNES
Sigues en laboratorio, echas un rápido vistazo a la ventana y la ves, allá en su lugar de siempre, unos maceteros que sirven de banca, ves que hace viento pues su brillante y trendy cabello se mueve hacia la derecha. Vuelves a tu trabajo, quieres hacer una pausa pero no puedes, esperas a las 12 pm y ella sigue ahí, es la oportunidad, sino se ha ido de ahí es que no debe de tener clases. Paras de trabajar y antes de dejar el laboratorio tomas de tu mochila el dibujo que le has hecho ( sí, de nuevo un dibujo), apresuras un poco tu paso, ya que de la ventana a donde esta ella son dos pisos de diferencia y 50 metros. Tomas el elevador, pero ha sido mala idea, sientes que va lento, quizás sí, pero es más la emoción por llegar que el tiempo que esta en su estado mas relativista posible. Entras al edificio central, pasas rápido por las salas, escuchas tu nombre y un saludo a lo lejos, no le das importancia, sigues tu marcha, puede ser que ella ya no este más en el macetero cuando llegues…. no está. Vas de vuelta al laboratorio con todo y tu dibujo(si no funciono la primeras dos veces, crees que funcionará esta vez?).
MARTES
Hoy no vas al laboratorio, hoy sabes que pasarán una película en un auditorio y sabes que ahí la verás, te preparas para la hora, quedan 2 horas para que empiece así que llegas temprano, pero decides quedarte en las salas que están al lado del auditorio, punto estratégico, por ahí pasan todos y todas, y si ella lo hace por ahí la verás, y casualmente pasarás al auditorio, y esperarás a que termine la película para darle, o intentar hacerlo, el dibujo que le has hecho. Falta solo una hora, tomas un café, la gente pasa y pasa y nada de ella, empiezan a entrar al auditorio, mejor entras antes de que este lleno, por suerte son a lo mucho 10 personas así que la verás fácilmente, si es que ella esta ahí. Empieza la película, no sabes ni cuál es, pero eso no importa, lo importante es encontrarte con ella, con tu crush. No aparece. Termina la película, encienden las luces, buscas y buscas y no esta por ninguna lado, ya hubieras visto ese cabello, pero no está, te atreves a preguntar por ella, aunque solo sabes su nombre:
Sales de ahí, enojado con el pobre chico que te respondió, arrugando la hoja que llevas en la mano cuando recuerdas que es tu dibujo, su dibujo, apresuras a guardarlo en tu mochila. Ya será mañana.
MIÉRCOLES
Sales de clase, son las 11 am, sabes que tienes una “cita”, no puedes llegar tarde, ella no aparece , te pones a leer los avisos de ocasión, las novedades, los cursos, las cosas perdidas y que nunca regresan, y haces que pasen 30 minutos solo leyendo esa hoja donde venden un celular. Entonces volteas y la ves, viene bajando de las escaleras, viene con amigas, viene hacia ti?, no, va a la salida, sabes a donde va. Esperas a que tome su lugar en su macetero, su lugar favorito según tu, y con esto te das cuenta que es lo único que a ella le gusta, o no, no importa, es el juego del misterio, es lo que te gusta más, el encanto que otorga el misterio, el encanto de que tu sepas de ella, y que ella no sepa de ti, es tu papel, es donde mejor te mueves. Pero te detienes, la miras a través del ventanal, te sientes seguro ahí, es la barrera natural que te pones para crear más misterio, más del que ya existe, no quieres salir de ahí. La observas por 10 minutos, te das cuenta que es raro hacerlo, fijas tu mirada en ella esperando que voltee a donde tu estas y te salude, pero no lo hace, aún no tienes la magia necesaria, vuelves a guardar tu dibujo, su dibujo en tu mochila, vas a tu trabajo, ya será mañana.
JUEVES
Hoy no fuiste a la escuela, ayer no pudiste dormir bien y has despertado a la 1 pm, demasiado tarde para llegar a tus clases, te sientes mal porque quizás hoy lo harías y hoy no habría ventanas que se interpusieran. Pasas el día entero imaginando el encuentro, sabes que se dará, así lo has buscado y así será. Piensas si es buena idea darle el dibujo, así que decides que vaya acompañado por un pequeño poema que le dirás cuando estés frente a ella, no puede ser largo ni pretencioso, será corto pero directo. Terminas de escribirlo, ya son las 9 de la noche, solo piensas en mañana y las 11 am, te vas a la cama, no quieres que pase lo de hoy, quieres ser puntal, mañana es fin de cursos y no la verás en un buen rato y quizás esas vacaciones terminen con el misterio, y terminen con ella tu crush. Duermes.
VIERNES
Llegas temprano a clases. Rápido terminan. Subes al laboratorio. Empiezas a trabajar, falta media hora para las 11 am. Echas vistazos a la ventana y nada, de ella nada. Te repites a ti mismo que venga, que venga. Entra tu compañera, le muestras tus avances, platica efímera pero que te quite nervios de lo que puede pasar. Dan las 11, ella esta ahí, la ves por la ventana, y aquí esta tu primer obstáculo, esta ventana, no te aventaras por ahí, claro, pero hay que “derribarla”, entonces dices que es tiempo de ir a por ella, por tu crush. Sales de ahí, tomas tu mochila, en ella están el dibujo y tu poema corto. No tomas el elevador, son mejor las escaleras. No vas corriendo pero si a marcha rápida, te encuentras con amigos pero solo das un silbido rápido que sirve de saludo y te alejas, no quieres que se vaya. Llegas al ventanal antes de la salida, te detienes ahí, ella sigue sentada en su lugar de siempre, vuelve a hacer viento porque notas como su cabello se va de lado, confirmas que es ella por sus lentes, unos lentes de pasta gruesos, justo como los que llevas puestos, pero sigues detrás del ventanal, esperas 10 minutos para ver si no se decide marcharse y que te quedes “colgado”, pero en verdad no quieres terminar con esta segunda ventana. Piensas un minuto más y te armas de valor.
Sales, solo queda una ventana, son tus lentes, pero esos no importan, estas a 3 metros de ella, sacas tu poema, tu dibujo, su dibujo, esta sola, no temes a que te ignore (cuantas otras ya lo han hecho, te has curado de eso) temes a que termine el misterio que mantiene esta “relación”, temes a que termine tu crush, pero es ahora o nunca lo has planeado durante una semana y lo haces: