Altair

Este es un ensayo sobre Altair.

Altair se ha convertido en mi amiga. Ella es una artista. Es una poeta. Es una genio. Ella creció en León pero aún así es una artista del mundo.

Cuando veo lo que hace, cuando escucho su voz, cuando le veo a los ojos, cuando veo su cabello, cuando estoy a su lado, cuando me cuenta de su día, cuando me dice que si quiero un abrazo, cuando hablamos de música,cuando es ella, me recuerda las cosas que más amo en este mundo.

Así es ella. Es perfecta. No necesita ningún otro calificativo. Ella es.

Ella es mi musa.

Extraños

Ha pasado mucho desde la última vez que hablamos, de verdad te extraño.

Sé que eres una persona que está muy ocupada, pero siento también que has olvidado todo de acerca de mi.

A veces quisiera iniciar una conversación contigo, decirte, «Hola, como estas?» «Qué has hecho?» «Qué tal la vida?»… pero quizás no estés tan ocupada, quizás solo no quieres hablarme más.

Así que creo que voy a esperar, y estar al pendiente, solo en caso de que tú quieras eso, volver a hablarme, esperare.  Si es que así lo quieres, y si es eso, no lo dudes, aquí estaré, para hablarte de nuevo.

Olas gigantes

Hoy fue el día más feliz de mi vida. Al fin me conociste. Yo no esperaba que sucediera, ni en mil años, estabas tan lejos de mi, y ayer estuviste tan cerca, fuimos uno solo ¿Es qué no estas feliz? Pues yo me siento el hombre más afortunado del mundo. Fue un año de diferencia pero al final me conociste. Y aun no me la creo como paso.

Una semana antes ya nos conocíamos pues eramos ya amigos virtuales. Me dijiste que escuchará una canción. ¿Cuál es el motivo para que la gente dedique canciones? Por que quieren decir lo que sienten de la mejor forma a las personas. Tu me dijiste que escuchará una canción llamada “Cobarde”. Supuse entonces que era yo un cobarde que no se atrevía a mirarte, que aunque te viera y te encontrará en la escuela solo me volteaba y hacia que no te veía. Por eso era yo el cobarde. No me atrevía a hacer nada más que tenerte como mi amiga virtual y nada más.

Yo quise dedicarte entonces una canción. Y te dedique la canción más melosa, más linda, la que decía lo que yo sentía por ti. Te pregunte que si no te importaba que fuera tan romántica ¿Qué pensarían tus amigos? ¿Qué pensarían mis amigos? Dijiste que no importaba. Y te la dedique, te dedique la canción “Compartir”. Por que eso era lo que sentía y quería en ese momento compartir mi vida contigo, quería estar contigo y solo contigo, compartir momentos felices, alegrías, tristezas quería compartir todo contigo.

TU entendiste muy bien que yo ya te quería. Y tu me querías a mi. Eso entendí, pues cuando te invite a salir aceptaste sin pensar. Al fin estaríamos frente a frente, yo podría ver tu rostro, tus ojos, tu cabello, tus pecas, sin temor a nada, sin agachar mi cabeza, pues no habría nada que temer ¿Se puede temer algo cuando deseas que ese algo pase? ¿Te puedo temer a ti, mi dulce crush? Que tonto al sentir miedo al estar a tu lado. Eso no importaba más pues hoy sería el día que por fin saldrías conmigo y por fin después de tanto tiempo hablaríamos en vivo. No más mi amiga virtual. No más fantasías. Sería real. Eres real.

Todo comenzó tan mal.

Perdón por no estar ahí a la hora especificada. Perdón por estar escuchando música en vez de estar escuchándote a ti. Perdon y mil perdones. Me acobarde.

A la hora indicada en el lugar indicado yo no pude llegar. Sentí tanto temor de no ser lo que esperabas. De no ser la persona que tu creías que yo era y por eso no fui. Ya sé que no quieres verme nunca más, y que fui el más grande tonto por dejarte plantada. Perdón de verdad por eso. Si de algo sirve te hace bien, pues como una flor, al dejarte plantada crecerás aun más hermosa. Veo que no funciona. A quien engaño. Mis halagos y mi destreza poética son tan buenas como mi facilidad de hablarte en persona. Pero lo puedo remediar. Dame una oportunidad. Solo una y ya ¿verdad que si me la darás? Yo sé que sí. Espera. Solo espera.

Te lo dije. Te dije que me dieras una oportunidad y así lo hiciste. Todo fue tan inverosímil ¿Quién iba a pensar que tendríamos amigos en común? Que suerte que tengo. Eres como me había imaginado. Tan genial. Igual de linda y más que en tus fotografías. Y tu voz. Tu voz es perfecta. Y se oye tan genial aunque estemos tan borrachos. Te ves ahora mejor. No, no estoy tan borracho aún. Te lo digo de corazón. Eres todo lo que yo esperaba. Me haces reir. Te hago reir. Creo que es amor.

Sabía que esa canción te iba a gustar. Y lo sé pues la has puesto toda la noche. Por eso te quiero más. Jaja, es la tercera vez que la pones. ¡Que tontita me pareces! Ven vayamos por allá. Estemos solos. Tu y yo y nadie más.

Hagamos un intercambio. Te gusta mi pulsera. Toma, es tuya, mi regalo por haberte hecho esperar hoy en la mañana. ¿Qué que es lo que quiero a cambio? ¿Qué mas puedo pedir? Mira la luna. Es junio, casi casi verano. No llueve. Estamos en este jardín. Cielo estrellado. Creo que lo único que falta y lo que puedo pedir no es más que un beso. Sí. Eso. Un beso tuyo. ¿Me lo das?

Tus labios, que labios. Tus ojos de cerca de verdad que parecen dorados. Tu cabello, tan suave. Y esas pecas.Si que eres mi oro, el primero.  Creo que estoy enamorado. ¡Y es nuestro primer beso! Te quiero te quiero. Hey que pasa.  ¿Qué ocurre? ¿A dónde me llevas? Ah, ya veo. No no tengo cara de tonto. Y no, no la quitare. Te acompaño.

No puedo creer que esto este pasando. De verdad que no me lo creo. Es tan perfecto. O casi. Mira a ellos. ¿Son tus amigos verdad? ¿Por qué murmuran? ¿Estas haciendo algo mal? ¿Yo hago algo mal? No temas, no te preocupes, déjate llevar. Imagina que estamos en el mar. Ven, vamos a nadar, yo te cuidare. Tomemos esa ola, ellos son esa ola, vamos, hay que “romperla”. ¿Qué como la rompemos? Pues no dejando de hacer eso que hacemos, querernos. ¿Ves como se están rompiendo? Espera, ahora yo tengo miedo, deja arreglo esto. Hey no te la lleves. ¿Quién eres? Sí, yo estoy con ella, ¿Quién eres tu? Ella se queda conmigo. Toma mi mano. Vamonos de aquí. De verdad que no temas. No les hagas caso, ellos que saben, no entienden, no saben lo que es el amor. Ahora ven, hay que brindar, pues esto es una fiesta y hay que festejar.

¿Qué bien que la estamos pasando verdad? Te dije que sería un día genial. Sí ya sé que la regué. No importa más eso. Bailemos un poco. ¿No sabes? Yo tampoco. Vamos a la pista. No pienses más en esos tus amigos, ni en los mios, hagamos de cuenta que no están ya. Hagamos de cuenta que esto es el mar. Vamos a nadar de nuevo. Hagamos que las olas exploten.

Me divierto mucho contigo. Te tengo una proposición ¿aceptas? ¡Qué feliz me haces al decirme que sí! No lo había planeado así. Pero es que me gustas tanto. Seamos un solo ser. Sin tapujos. Solos tu y yo. Hagamos un solo ente. Sin pensar en el que dirán. En los demás. Seamos felices. Claro que aceptas ¿Sabes por qué? Porque me quieres. Y me quieres tanto como yo a ti. Y así me lo demuestras. Tus caricias, tus besos, tu cuerpo sobre el mio, aquí en este lugar. Somos un solo ser. Por eso sé que me quieres.

  • Te quiero Jorge.
  • Te quiero Julia.

Sabía que me lo dirías. No quiero que esto termine. Quiero que esto sea eterno. Podemos alargar la noche si tu quieres. Aun no termine el día. ¿Quieres? Vamos a tu departamento. A por tu felicidad y la mía. Olvidemos la fiesta. Olvidemos a que vinimos. Abandonemos este lugar. Recuerda. Es solo el mar. Que importa que dejemos esas olas ahí. Ya lo sé. Parecen que nos odian. Yo no le temo ¿y tu? Lo sabía. Déjalas ahí entonces, en ese mar. ¡Que exploten esas olas! Es tiempo de irnos.

Bonito lugar. Parecía que nunca llegaríamos. En verdad esta lejos de esa fiesta. Y que mejor. Somos más libres que nunca. Ya ni estoy borracho. Ni tu. Por eso esto no es un error. No despertarás diciendo: ¿Qué hice? No dirás que esto nunca paso. Pues los dos queremos que pase.

Tus labios. Tus besos. Solo te veo a ti y no quiero ver nada más. Apaga la luz…

Cuéntame de tus miedos. Cuéntame de tus fantasías. Cuéntame de tus logros, de tus fracasos. Sí, aunque estemos así, aunque sigamos fundidos, unidos, cuéntame de ti. Cuéntame tu vida. Es que no se nada. ¿Y todas nuestras platicas virtuales dices? Eso quedo atrás, ya no eres virtual. Ahora eres real. Por eso apenas si te conozco. Quizás si te conozca. Pero te quiero reconocer. Yo te contaré de mi vida. Quiero que tu me reconozcas. Porque eso es amor. El mutuo reconocimiento de dos seres que se quieren y dan su vida el uno por el otro.

Me gusta que me abraces, y a ti te gusta por igual, lo siento, pues pegas tu cabeza a mi pecho ¿Escuchas mi corazón? ¿Ves como late por ti? Esta escrito. Jorge y Julia. Julia y Jorge. Esta ahora grabado en tu corazón. En el tuyo también ¿Verdad?

Mira la hora. Aún es 6 de junio. De verdad que pudimos alargar la noche. No, no me iré. Aquí me quedo contigo. Apenas es Lunes. Quiero que llegue el viernes. Quiero pasarme toda la semana aquí contigo, unidos, sin que nadie nos separé. Olvidar esas “olas” que quisieron apartarnos hace unas horas. Déjame ser esa parte que dices que tienes perdida. Déjame ser la parte que quieres recuperar en este tiempo que me pides. No piensas en tiempo. Solo pensemos en el ahora. Y que somos felices. No estoy loco, no borracho. Ni tu tampoco lo estas ¿Aceptas?

Mi primer oro

Fue un Jueves. O quizás martes. La verdad que no recuerdo el día exacto que te conocí. Pero cómo nadie recuerda un jueves (algunos los martes) diré que fue un jueves, uno nubloso por cierto, el día que te vi por primera vez. A decir verdad no nos conocimos pues tu no me viste a mi (¿Y quién si lo hace? ¿Quién nota mi presencia?) Yo atribuyo el hecho de que no me voltearás a ver a que mirabas como si estuvieras en trance la puesta de sol. Digamos entonces que te conocí un Jueves por la tarde mientras el sol se ocultaba.
El hecho era que no dejabas de ver ese espectáculo, y yo no dejaba de ver al igual de espectacular, no dejaba de verte a ti, ni a tus ojos color miel, ni a tu dorado cabello, ni a tus dulces pecas, solo te miraba a ti, y tu no me mirabas, el encuentro perfecto.
El estar en un segundo piso, en lo alto de una montaña, con la vista de un valle al frente y con la puesta de sol encima, te tenia sometida a sus encantos, entonces imagínate a lo que tu me tenías sometido con la misma fuerza.
Era la inopia, estábamos en ella.
Estábamos ahí en ese lugar (lleno de computadoras por cierto ¿puedo estar en otro lugar y sentirme más cómodo que aquí?) y no estábamos. Tu perdida en la inmensidad contemplando al paisaje, yo perdido en la inmensa belleza que representaban tus deliciosos (si se pudieran comer lo serían) ojos color miel.
Y es que éramos tan jóvenes en aquel entonces, tu quizás 18 yo apenas 19, estábamos en la flor de la juventud y los dos maravillados con lo que frente a nuestros ojos se desarrollaba. Dos jóvenes que iniciaban en la vida universitaria. En ese momento no sabía lo que significarías para mi, sin embargo aun no se lo que yo signifique para ti, lo cual me hace que siga en atrapado en aquel momento y lo que me hace también que el recuerdo siga tan vivo en mi como si unas horas hubieran pasado, cuando en verdad han pasado años, cinco años ya, y los que faltan.
Por eso odio mi memoria y su gran capacidad para retener cosas. No odio ser inteligente, odio tener que recordar todo y que lo que recuerde sea solo eso: cosas que se han quedado en el pasado y que ya no están más a mi lado, eso es lo que odio en verdad. Pues quien iba a querer olvidar a alguien como tu. No lo creo. No. No existe nadie que quiera alejar de su mente y de su presencia a alguien así como tu. Es por eso que aunque pase el tiempo y ya ni siquiera sepa donde estas aun te recuerdo. Increíble aun más que recuerde el justo día que te miré, el justo día que te encontré.
Naturalmente no me acerque. No te dije hola. No te sonreí. No fui a saludarte. No fui a decirte que linda tarde. No fui a decirte que hacía calor. No fui a decirte que nunca te había visto por acá. No fui a preguntar tu nombre. No fui a decirte que había encontrado a la persona más linda del mundo. No hice ninguna de esas cosas. Lo único que hice fue esconderme justo cuando volteaste. ¿Sentiste mi mirada? Yo creo que sí. Pues ya habían pasado diez minutos sin que yo pudiera dejar de verte. Y cuando te diste la vuelta para ver quien era el que posaba sus ojos en ti no encontraste a nadie y te fuiste.

Y no era que no lo quisiera hacer, pero aquella vez no me atreví. No pude. Estaba hechizado por la más hermosa vista que mis ojos habían podido captar. Por eso no te dije nada. Simplemente no pude verte directo a los ojos y no sentir que estabas tan lejos de mi, te sentí tan inalcanzable esa vez que deje que te fueras.
Por eso me conociste después que yo. Por eso paso un año antes de que me conocieras. Lo bueno que el tiempo es relativo. Ese año para mi se fue como un suspiro y sentí que fue esa misma tarde, cuando quería que me vieras, cuando quería que te dieras cuenta de que era yo quien te miraba y te miraba y que ya no dejaría de hacerlo. Aun ahora lo hago, y sigo siendo bueno, pues tu no te das cuenta, así es como te puedo contemplar y seguir admirando todo lo que tu eres.

Ese día te convertiste en mi crush, en mi amor imposible, en mi sueño, aquel jueves por la tarde de 2009 mientras el sol se metía en aquel verde valle, mientras yo estaba a tu espalda y no dejaba de mirarte te convertiste en lo único en lo que podía pensar. Te convertiste en mi oro. Mi primer oro.